Os ofrezco mi experiencia de más de 40 años navegando para que podáis disfrutar de unos días en la mar con seguridad y confort.

Soy Ricard Prats autor de este Blog

Si queréis saber más de mí, aquí van unas pinceladas rápidas de mis inicios marineros.
Nací en Barcelona. Empecé de niño aprendiendo a navegar a vela en un pequeño Optimist. La sensación de deslizarse sobre el mar empujado por el viento, me enganchó.
En cuanto se me presentaba la ocasión me subía a bordo de cualquier cosa que flotara. Me apunté a un Club Náutico, crecí haciendo regatas recorriendo España en la clase Vaurien, aún no tenía el bachillerato, pero con una autorización paterna me aceptaron en la academia náutica y me hice patrón de Vela y Motor 2ª. (Actualmente llamado PER). A los 19 años cuando el deber me reclamó, me vendí el Vaurien y me apunté de voluntario en la Armada Española para poder embarcarme. Cosas de la vida, mi destino fue Comandancia de Mahón ...claramente: Me quedé en tierra!!!.
Ya en mi destinación de mili Menorquina además de hacer de telefonista me acerqué a la Cofradía de Pescadores de Mahón y me titulé como Maquinista Naval y Patrón de Pesca Local.
No estaba embarcado, pero estaba rodeado de mar. Allí tuve ocasión de hacer de patrón de una patrullera en unas maniobras, y la oportunidad de salir a navegar en alguna regata con el comandante de la Base Naval organizada por el Club Marítimo de Mahón. Al terminar con mi “deber patrio”, salí de Menorca cargado de ilusiones, dispuesto a terminar mis estudios de la carrera que había dejado a medias.
El gusanillo del mar seguía calado en mí. Un fin de semana me enteré que una barca de pesca con base en Port de la Selva necesitaba un maquinista. Esta era la ocasión de mi joven vida. Me presenté al Patrón, y acordamos de incorporarme a primero de mes. Pero cuando llegó el día de embarcar, ese día habían roto el motor. Otra vez... Me quedé en tierra. ¡Destino de la vida!
Con más ganas de navegar que dinero, continué los estudios de ingeniería y en cuanto tuve la ocasión me puse a trabajar en una multinacional de «lo mío». En realidad era «lo suyo… no lo mío», aunque tuve que hacérmelo mío. Pagaban bien y me permitió acceder a mi segundo barco.
Fué mi primer Crucero
Con los ahorrillos adquirí un barco un poco perjudicado pero con buena estructura y prometía mucho. De casco, cubierta y jarcia estaba perfecto. Era un clásico Dufour 31 del año 1987 llamado Calma. Tras una pequeña puesta a punto, navegué todo ese primer verano aprendiendo sus reacciones con cualquier estado de la mar.
Ese fantástico velero de noble navegar, se merecía toda mi atención y una nueva vida. Por lo que me puse manos a la obra. Durante todo el invierno destiné mi tiempo libre en reformas: desde un nuevo motor de 33 CV, toda la electrónica, cableados eléctricos, cocina reformada integralmente, camarote, salón y hasta las tapicerías.
El resultado: Un pequeño y confortable apartamento marinero con vistas al mar y sin las ataduras de ver siempre la misma costa.


No faltaba detalle ni por dentro ni por fuera.
Con mucho esfuerzo y poco dinero disponía de un velero muy marinero, confortable y seguro. El Calma era una perla en el pantalán. Deseado por muchos, fue fácil de vender cuando me decidí sustituirlo por un velero más grande. Pero en los años que lo disfruté, recorrí maravillosas experiencias y medio mediterráneo.
Con muchas horas de dedicación aprendí de calidades y materiales ganando experiencia en el sector. Es una dedicación que te recompensa en cada singladura convirtiéndose en rentable la inversión realizada.
Y te aseguro que navegar está al alcance de todo el mundo. No es un deporte solo para exclusivos pues hay muchas opciones por donde empezar para acceder.
En mi actual Jeanneau sigo navegando cuando las obligaciones lo permiten, viviendo aventuras, recopilando conocimientos y experiencia que me apetece compartir contigo en este blog, y si te gusta suscríbete y compártelo. BIENVENIDO ABORDO
Si quieres dejar algún comentario, te ofrezco este espacio para ti: